Estamos cansados, hastiados, os estamos
empezando a coger tirria, nos caéis muy gordos, sabedlo, dejadnos en paz.
Estamos hartos de vuestra sopa boba en la caja tonta, si Cataluña se quiere ir,
que se vaya, no nos calentéis más la cabeza.
Habláis de la integridad de España y os
la cargáis a cada día que pasa. Al final nos independizaremos todos, estamos
saturados del tema soberanista-independentista-secesionista-… Como lo queráis
llamar. Estamos aburridos del tema, España, léase Madrid, Barcelona, Real
Madrid-Barça, Messi-Cristiano, fuet y cocido. Dejadnos en
paz. Al final no os independizareis, os echaremos nosotros, el resto.
España no es lo que pasa en la capital o en la
ciudad condal, ninguno sois la huerta de Europa, ni el aceite de oliva, ninguno
tenéis los embutidos que tienen otros, ni el vino, ni su pescado,… desde el
sector servicios de vuestras “cities” ninguneáis al resto. Nosotros somos
España, no vosotros. Somos comida mediterránea, fiesta y siesta y ese sin fin
de topicazos, pero somos nosotros, a vosotros solo os dejamos comercializarlo,
pero no os engañéis. Sois el postín de todo. Sin nosotros no sois nada.
Anoche cuando volvía a mi casa en Londres de trabajar me di
cuenta que el mundo se está yendo un poquito a la mierda. Lo cierto es que no
necesitas más que ver el telediario o cualquier informativo para confirmarlo y
a veces ni eso. En los medios salen las desgracias, obra de intereses
económicos, rara vez religiosos y en su mayor parte de ansias de poder. Pero
fuera de esto te das cuenta que no son solo gobiernos, empresas u otros entes
los que con sus acciones están convirtiendo el mundo en un lugar menos
apetecible, sino que somos nosotros, como seres humanos y uno por uno. Cuento
el porqué de todo esto:
Pasada hora y media la medianoche londinense. Un autobús, el
típico de estas tierras, rojo, dos plantas, un vehículo normal. A su paso por
Stratford, parada multitudinaria en la noche y lo cierto es que también por el
día. Ya se han montado todos y cada uno de los que debían montarse rumbo a su
hogar o a la cama de alguien. No había andado ni cinco metros el autobús cuando
se detuvo y una señora empezó a aporrear la luna del vehículo. El conductor no
hizo nada, ni tan siquiera abrió la boca, únicamente espero a que aquella mujer
se cansase y continuo con la marcha. La razón de los golpes, ni idea, una vez
se desplazó el autobús con el fin de seguir el camino pude ver como una señora
de raza blanca con una bolsa en la mano la emprendía a golpes con otra pareja
en mitad del asfalto, mientras a su lado había un hombre fuerte, con poco pelo
y la crisma abierta, le fluía la sangre, recorría todo su rostro el cual tenía bañado. El bus continuo su camino. Hubo alguno del autobús que aquello le hacía
gracia, yo sin conocer a ninguno allí presente, me daban tanto unos por la
gresca, como el que reía, pena y vergüenza ajena.
La ruta llegó a mi parada y me bajé, apenas me quedaban cien
metros para llegar a mi casa. Andaba yo la calle y me di cuenta del sonido de
una furgoneta blanca con el motor encendido y las luces apagadas. Dentro de
ella se encontraba un hombre, de color blanco sin camiseta tumbado en los
asientos delanteros, probablemente dormido, con la ventanilla un poco bajada y
supongo que la calefacción del auto puesta. Esto me llevó a pensar si se
trataba de una persona que no tenía casa o más bien había discutido con su
pareja y decidió o por voluntad propia o sin ella no dormir bajo el mismo techo
de alguien que no compartiera su punto de vista. Podría ser cualquier cosa.
Si piensas que antes de dormir, ves este tipo de
cosas, la poca inteligencia que poseo mi invita a pensar que algo estamos
haciendo mal si para solucionar los problemas de nuestras vidas seguimos
recurriendo a los golpes y a la huida. La verdad es que últimamente la palabra
que más me repito es que somos tontos y gilipollas. El mundo se va a la mierda
a velocidad de crucero.
Decirlo, os la repanflinfa lo que ocurra en Cataluña, a
vosotros lo que os gusta es meter el dedo y decir gilipolleces sin entender la
cuestión. Ni España, ni los españoles (y muchos españoles que diría aquel), ni
Cataluña, ni los catalanes, entienden que ambos caminos son posibles, tanto la
unión como la independencia. Desde la obviedad y el gran fabricante de
independentistas que es la empresa Mariano Rajoy SA, capaz de crear
independentistas hasta de quien no se quiere separar de nada, lo que falta es
educación.
Llegar a un acuerdo en una discusión en la que solo se mira
a uno mismo, donde cada uno solo sabe decir que los huevos más grandes son los
suyos, pierde cualquier camino al diálogo. Se pierde el buen hacer y las
formas. No hay educación, no hay un por favor, no hay un gracias, no hay un
buenos días.
España pierde mucho sin Cataluña y Cataluña pierde más sin
España. Donde más exporta Cataluña es al resto de la península, de las
Comunidades que más recauda España es de la catalana, y así sucesivamente.Ni contigo, ni sin ti.
Cataluña si se independiza jamás dejará de ser europea,
principalmente porque está en Europa. Todos los catalanes que hayan nacido
antes de ninguna independencia seguirán siendo españoles y tendrán el pasaporte
como tales. Como consecuencia de ello, podrán continuar viajando sin ningún
problema, pero quizá no los hijos de esto, ni estarán amparados por las
actuales políticas económicas y sociales que así lo suscriben de la Unión
Europea. Esto, no es más que una hipótesis.
Si Cataluña quiere ser independiente que lo sea, nadie
debería ver ningún problema en esto si todos sus ciudadanos así lo deciden.
¿Quiénes sois vosotros para decir a alguien como debe sentirse? Eso sí, antes
de independizarse que alguien les informe que no es tan fácil como decidirlo y
sentirlo, hay que interiorizar que antes de formar un nuevo Estado hay que
pasar por muchos trámites y no se es novio sin novia. Los trámites llevan
tiempo y ese tiempo de espera puede llegar a ser muy duro, sin subvenciones,
sin ayudas y quien sabe si crédito. Cataluña deberá buscar aliados, pero antes
de buscar nada debería buscar el camino de las buenas intenciones, las buenas
formas, sin Mas, sin Rajoy, sin discusiones viciadas. La vuelta al por favor y
al gracias, la vuelta a la educación. Porque yo como español, le daría mi apoyo
y le tendería mi mano a quien se quiere marchar, no tengo represalia ninguna
para quien así lo ha decidido, solo escuchar las razones y abrir la puerta. De
nada sirve mantener discusiones que solo nos hacen daño.
Mientras escribo esto, me acuerdo de la Guerra Civil y de
todo lo que haya podido leer y estudiar sobre ella y sinceramente, si vierais
lo jodido que es para una persona que no la vivió comprender que fuimos tan
gilipollas de matarnos entre nosotros. Solo me queda pensar que seguimos siendo
bastante gilipollas con este tipo de disputas o quizás más porque no aprendimos
nada.
Temas relacionados: ¿Democracia?
¿Qué clase de democracia y constitución puede decir que un
referéndum es algo ilegal? Si esa constitución existe, es de todo menos
democrática. Las personas que se empeñan en la ilegitimidad de un gesto tan
representativo y partícipe como este, sin duda no tienen conocimiento alguno de
lo que es una democracia. Si la constitución española prohíbe este tipo de
libre elección tal vez deberíamos comenzar a plantearnos, que aún continuamos
saliendo de una dictadura. Tal vez la transición no haya acabado.
Vídeos que ayudan a la compresión del texto: 1. Josep Borrel en El Intermedio (La Sexta)
Hoy día hay mucho defensor de los animales, cualquiera diría
que es algo nuevo, pero nada más allá de la realidad. Los defensores de la
fauna siempre han existido. ¿Por qué ahora tanto hincapié en ello?
Sin duda las RRSS, a través de vídeos y post han denunciado
malas praxis o comportamiento irracionales de seres humanos, hasta el punto de
conseguir que la ciudadanía se escandalice de forma enfervorecida y desaforada.
De este modo, estos “salvadores de la naturaleza”, con un comportamiento más
irracional que la de los propios maltratadores, han comenzado a comportarse
como animales. Con el consiguiente ataque a seres humanos o imposición de sus
ideas por la cual su lucha queda totalmente deslegitimada. Habrá quien no lo vea
así, pero con este tipo de actitudes es imposible hacer razonar y educar a
nuestros prójimos ante acciones que no consideremos sean las correctas.
Esto nos lleva a plantear varias cuestiones y ninguna exenta
de polémica. Nos centraremos en la más relevante a todos los niveles
actualmente: “La tauromaquia”.
No cabe duda, que el arte de marear a un toro, clavarle un
par de banderillas y acabar asestándole el estoque no es del todo un
comportamiento digno o más bien lógico para una sociedad que se encuentra en el
siglo XXI. Aún así, hay gente que lo disfruta por su largo recorrido histórico
y por su condición intrínseca y patriota de este ejercicio con la identidad
nacional de nuestro país.
¿Cómo acabar con esta tradición? Antes de acabar con esta
tradición, que puede ser más o menos compartida, habría que analizar todos sus
pros y contra sobre todo a nivel económico y mucho más allá la sostenibilidad
del propio animal. Se trata de un animal bravo, no por preparación sino por
nacimiento y esto lleva unas medidas de seguridad a todos los efectos y fases
de la vida de cualquier morlaco. Lo que supone unos mayores costes para su
cría. En esta tesitura, y teniendo en cuenta que la carne de res brava es solo
un poco más cara que la de la ternera convencional, pocos o muy pocos ganaderos
estarían dispuestos a mantener este tipo de raza en sus explotaciones por las
medidas, medios y técnicas necesarias para tratar este animal. Tras esto, el
paso siguiente sería que se hicieran cargo las asociaciones y protectoras de
este animal, evidente, no es lo mismo tener un par de estos ejemplares que
tener toda una manada. Por lo tanto, esta asociación o protectora recurriría a
las instituciones públicas para la obtención de alguna subvención o ayuda con
la que hacer frente a esta situación. Algo con lo que quizás, no esté de
acuerdo todo el mundo.
Puede resultar fácil tener un pensamiento crítico contra la
fiesta de los toros, pero también hay que saber todo el recorrido que hay
detrás. El ejercicio de defensa de cualquier ideal y convicción es legítimo y
cualquier ciudadano está en su derecho de practicarlo, pero este no se puede
ejercer agrediendo a otros seres humanos o saboteando eventos poniendo en
riesgo la vida de otras personas. Se puede luchar por una causa con total
respeto hacia el que tiene un pensamiento opuesto al tuyo. Esto no puede ser de
otra manera que concienciando al resto de ciudadanos sin obligar a que te
escuchen y sin la imposición de tus creencias. Las corridas de toros acabarán
cuando la gente no quiera ir a verlas, pues los toros son como un anuncio de
televisión, si aburren y no gustan acaban desapareciendo de la parrilla
televisiva. Sin duda estas no desaparecerán por prohibición de un partido
político o consistorio, pues puede pasar y pasará que al cabo de cuatro años
vuelva el arte del toreo a la plaza.
Por imposición y agresión jamás se puede acabar con la
afición de ningún ser humano o grupos de personas. Solo la lógica y el
entendimiento si lo hubiera.
Dicho esto, cualquier deseo o alegría de que el astado haga
daño o cornee algún torero es todavía menos digno en el imaginario colectivo.
Este tipo de pensamiento no es digno de personas civilizadas y llamadas protectoras
de la naturaleza. Este escarnio que se produce bajo los comentarios de muchas
noticias de esta línea, dejan mucho que desear y este tipo de personas pierden
cualquier tipo de respeto para defender nada. Sin duda, ese no es el camino.
El Real Madrid está teniendo un verano que le pasará
factura. Ya sea por fallos en la comunicación institucional del club o por
dejadez intencionada toda la prensa deportiva se está comiendo a una institución
como la entidad de Chamartín. El mejor club del siglo XX según la IFFHS que no
es que lo diga yo.
De aquí a algún tiempo, grandes jugadores como Raúl González
Blanco, Roberto Carlos o Fernando Redondo se han marchado de un club al que le
dieron los mejores minutos de su vida sin un reconocimiento digno. El único que
se marchó de la mejor forma posible fue Zinedine Zidane, todos sabíamos que le
quedaba alguna temporada más a un buen nivel, pero el lo decidió así y salió
por la puerta grande del Bernabeu como los grandes toreros.
En estos días les toca el turno a Iker Casillas y a Sergio
Ramos. El portero que nos dio la novena y el central que nos dio la décima.
Están a punto de marcharse sin que ningún directivo, entrenador o presidente de
la cara por ellos. Benítez acaba de llegar y no se atreve a dar el paso.
Lógico, en su situación, aún no sabe que se va a encontrar. El silencio y la
máxima de ver, oír y callar es el mejor aprendizaje para un recién llegado, a
la que se le suma “donde fueres, haz lo que vieres”.
Todo lo ocurrido este verano tendría una resolución muy
sencilla. Esta no sería otra que la de esperar a que De Gea quedase libre el
año que viene y llegase gratis. Si tiene ganas de jugar en el club blanco esto
no debería ser un impedimento, por todos es sabidos y bien escuchado en cada
una de las presentaciones de nuevos jugadores que sueñan con ello desde niños.
Así que la espera por un año no debiera ser un inconveniente para una parcela
que ya esta cubierta con Keylor Navas e Iker. Con esto se podría dar la última
temporada a Casillas y una retirada digna del que ha sido el mejor portero de
la entidad de La Castellana en sus 113 años.
Con lo que se ahorrarían del traspaso de De Gea se le sube a
Sergio Ramos el sueldo. Es el mejor central del mundo y en el mercado no hay
nadie que cumpla estas exigencias a día de hoy. El de Camas es ya un ´4´ puro
con un despliegue físico que aún le debe muchas tardes de gloria al madridismo.
Al mismo tiempo que ocurre esto, David De Gea sabrá que al llegar libre se le
podrá dar una ficha más elevada que en el caso de llegar traspasado. Con lo que
todas las partes ganan.
Esto provocaría que a Casillas y Navas les quedase todo un
año por delante para luchar por el puesto de la portería, uno para acabar su
carrera como la leyenda viva que es y el otro para buscar una buena salida en
el verano próximo en el que sabría que con la llegada de De Gea su sueño de ser
titular fijo en la portería blanca se esfumaría. Así acabarían todos contentos.
Con la marcha de Iker Casillas al Oporto esto promete acabar
como el rosario de la aurora. El Real Madrid estará siempre por encima de
cualquier jugador, pero la piel de los aficionados no es de acero. La marcha de
nuestros ídolos por la puerta de atrás nos duele y mucho.
Cualquier despedida ahora es trasnochada, irrespetuosa y un
paripé con el que se lavaran las manos los altos cargos que han provocado esta
situación sin necesidad alguna. El daño para con los aficionados merengues ya
esta hecho. Esto debe cambiar.