Hoy día hay mucho defensor de los animales, cualquiera diría
que es algo nuevo, pero nada más allá de la realidad. Los defensores de la
fauna siempre han existido. ¿Por qué ahora tanto hincapié en ello?
Sin duda las RRSS, a través de vídeos y post han denunciado
malas praxis o comportamiento irracionales de seres humanos, hasta el punto de
conseguir que la ciudadanía se escandalice de forma enfervorecida y desaforada.
De este modo, estos “salvadores de la naturaleza”, con un comportamiento más
irracional que la de los propios maltratadores, han comenzado a comportarse
como animales. Con el consiguiente ataque a seres humanos o imposición de sus
ideas por la cual su lucha queda totalmente deslegitimada. Habrá quien no lo vea
así, pero con este tipo de actitudes es imposible hacer razonar y educar a
nuestros prójimos ante acciones que no consideremos sean las correctas.
Esto nos lleva a plantear varias cuestiones y ninguna exenta
de polémica. Nos centraremos en la más relevante a todos los niveles
actualmente: “La tauromaquia”.
No cabe duda, que el arte de marear a un toro, clavarle un
par de banderillas y acabar asestándole el estoque no es del todo un
comportamiento digno o más bien lógico para una sociedad que se encuentra en el
siglo XXI. Aún así, hay gente que lo disfruta por su largo recorrido histórico
y por su condición intrínseca y patriota de este ejercicio con la identidad
nacional de nuestro país.
¿Cómo acabar con esta tradición? Antes de acabar con esta
tradición, que puede ser más o menos compartida, habría que analizar todos sus
pros y contra sobre todo a nivel económico y mucho más allá la sostenibilidad
del propio animal. Se trata de un animal bravo, no por preparación sino por
nacimiento y esto lleva unas medidas de seguridad a todos los efectos y fases
de la vida de cualquier morlaco. Lo que supone unos mayores costes para su
cría. En esta tesitura, y teniendo en cuenta que la carne de res brava es solo
un poco más cara que la de la ternera convencional, pocos o muy pocos ganaderos
estarían dispuestos a mantener este tipo de raza en sus explotaciones por las
medidas, medios y técnicas necesarias para tratar este animal. Tras esto, el
paso siguiente sería que se hicieran cargo las asociaciones y protectoras de
este animal, evidente, no es lo mismo tener un par de estos ejemplares que
tener toda una manada. Por lo tanto, esta asociación o protectora recurriría a
las instituciones públicas para la obtención de alguna subvención o ayuda con
la que hacer frente a esta situación. Algo con lo que quizás, no esté de
acuerdo todo el mundo.
Puede resultar fácil tener un pensamiento crítico contra la
fiesta de los toros, pero también hay que saber todo el recorrido que hay
detrás. El ejercicio de defensa de cualquier ideal y convicción es legítimo y
cualquier ciudadano está en su derecho de practicarlo, pero este no se puede
ejercer agrediendo a otros seres humanos o saboteando eventos poniendo en
riesgo la vida de otras personas. Se puede luchar por una causa con total
respeto hacia el que tiene un pensamiento opuesto al tuyo. Esto no puede ser de
otra manera que concienciando al resto de ciudadanos sin obligar a que te
escuchen y sin la imposición de tus creencias. Las corridas de toros acabarán
cuando la gente no quiera ir a verlas, pues los toros son como un anuncio de
televisión, si aburren y no gustan acaban desapareciendo de la parrilla
televisiva. Sin duda estas no desaparecerán por prohibición de un partido
político o consistorio, pues puede pasar y pasará que al cabo de cuatro años
vuelva el arte del toreo a la plaza.
Por imposición y agresión jamás se puede acabar con la
afición de ningún ser humano o grupos de personas. Solo la lógica y el
entendimiento si lo hubiera.
Dicho esto, cualquier deseo o alegría de que el astado haga
daño o cornee algún torero es todavía menos digno en el imaginario colectivo.
Este tipo de pensamiento no es digno de personas civilizadas y llamadas protectoras
de la naturaleza. Este escarnio que se produce bajo los comentarios de muchas
noticias de esta línea, dejan mucho que desear y este tipo de personas pierden
cualquier tipo de respeto para defender nada. Sin duda, ese no es el camino.
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