Desde cuando el sexo es ¿de cine o de película? como mucho
de filmografía porno y ni eso. Ahora muy de moda el sexo a lo 50 Sombras de
Grey. Venga si, que ayer vi a un hombre comprando seis cinturones en el Zara.
Se nos está yendo de las manos me parece a mi el asunto. Pero bueno, allá cada
cual.
Todos nos imaginamos nuestro polvo perfecto, pero nunca
llega a ser de película. En todos los filmes llegan al clímax y venga cambio de
plano y a otra cosa mariposa. La rehostia de noche con el mejor final, pero
¿qué pasa ahora que el hombre se ha corrido? ¿O llevaba condón? Alguna al final
del coito ni se acuerda, lo que tienen las pasiones o los alcoholes.
En la vida normal esos estereotipos de película de la
existencia sigue tras el orgasmo no aparecen. Llega el momento más patético y
show a la vez de la noche más romántica. Llega el “No la saques porque vas a
poner las sábanas pérdidas y yo quiero seguir durmiendo” o “Sácala antes de que
se te baje, no se vaya a quedar por ahí dentro y la liamos”. Vaya hombre con lo
agustito que se estaba dentro.
En ambos casos se acabo la magia. En el primero comienzas a
rectar junto con tu pareja por la cama como si de dos parapléjicos se tratasen
hasta que llegáis al borde de la cama y ya ves apartadas las zapatillas de casa
o prendas que anteriormente llevaseis puestas del suelo, para un segundo más
tarde separarte del enchufe en el que hace un minuto habías descargado y te
separas como si te hubiera dado un calambrazo. En el segundo de los casos, te
retiras el preservativo como si estuvieras manejando material químico sin una
luz que te asegure que andas sembrando un reguero. Le plantas un nudo y llega
el momento de ¿habrá papelera? O te la juegas y lo lanzas bajo la cama. Al
final, al día siguiente aparece, tu lo miras con cara de asco y si te descuidas
lo coges con unas pinzas de depilar a lo CSI.
Se acabo el romanticismo sexual. Esto las películas no lo
muestran. Aquí no hay un corte de plano, la vida sigue. Y el pinchito acaba con
la parte menos agradable del sexo. Tras eso vuelve la normalidad, abracito y a
dormir o espantada según sea la situación. La memoria solo recordará el momento
de placer.